cada año mueren más de 16 mil estadounidenses como resultado de los medicamentos que voy a denunciar. En esta estadística no están incluidos los muertos en el resto del mundo, ni las personas que han sido perjudicadas en su salud, los vivos que han sido perjudicados pueden compartir esta denuncia, en cuanto a los muertos, esos ya no pueden hablar, yo hablaré por ellos.
Hoy denunciamos a uno de los más grandes productores de enfermedades.
Recibí un correo electrónico que decía: “tú no sabes con quién te estás metiendo”. Pues sí que lo sé, y los voy a denunciar con sus nombres completos.
Fíjense en las estadísticas: cada año mueren más de 16 mil estadounidenses como resultado de los medicamentos que voy a denunciar. En esta estadística no están incluidos los muertos en el resto del mundo. Y esto es solo los que mueren, esos ya no pueden hablar, yo hablaré por ellos.
Me estoy metiendo con los medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Al final de esta denuncia, les diré las alternativas por su nombre genérico y no las marcas. Siento que, si no se las digo, este reporte estaría incompleto.
Según reporta la Librería Nacional de Medicina y StatPearls, estos medicamentos son: Advil, Celebrex, Ibuprofeno, Meloxicam, Naproxeno, Diclofenaco, Indometacina, entre otros. Bueno, en realidad no debo dejar este reporte a medias, se los mencionaré todos:
· Diflunisal
· Etodolaco
· Fenoprofeno
· Flurbiprofeno
· Ketoprofeno
· Ketorolaco
· Ácido mefenámico
· Nabumetona
· Oxaprozina
· Piroxicam
· Sulindaco
· Tolmetina
Algún seguidor podría decirme: “Doctor, ¿no va a mencionar la aspirina?”. Pues fíjese que no me queda tiempo, pero el próximo viernes con gusto me encargaré de informarles cómo quieren enfermarlos, pues usted vale más enfermo que muerto. El Instituto Nacional de Salud los llama por su verdadero nombre: aditivos, tóxicos y cancerígenos.
Vamos a analizar los motivos por los cuales las personas toman estos medicamentos y por qué los médicos los recetan: para calmar el dolor persistente en las articulaciones y músculos, como el dolor de cuello, hombros, rodillas, espalda y manos, ya sea en las coyunturas o en los músculos.
Las personas que padecen estos dolores los toman a pesar de los efectos secundarios que les diré en unos minutos, porque ese mismo médico les dice que no tienen cura. No es que no tengan cura, lo cierto es que no saben curarlo o no les conviene curarlo.
La toxicidad por la ingesta de estos medicamentos puede manifestarse como hemorragia gastrointestinal, hipertensión, hepatotoxicidad y daño renal. En los riñones, por ejemplo, las complicaciones pueden incluir disfunción renal aguda, trastornos de líquidos y electrolitos, necrosis papilar renal y síndrome nefrótico-nefritis intersticial. Una sobredosis puede producir acidosis metabólica con convulsiones, coma y fallo renal agudo.
En un paciente con los riñones en condiciones normales, estos medicamentos afectan la producción de prostaglandinas. Al reducir estos niveles, inhiben sus funciones esenciales para la vasodilatación de las arteriolas renales. En el sistema digestivo, al inhibir la creación de prostaglandinas, que protegen la mucosa gástrica, causan mayores daños a los pacientes con historial de úlceras gástricas.
Estos medicamentos también aumentan el riesgo de ataques cardíacos y derrames cerebrales, lo que quizás lo deje vivo, pero consumiendo más medicamentos. Se documentan casos de infarto de miocardio, eventos tromboembólicos y fibrilación auricular. En cuanto al hígado, aunque menos comunes, existe el riesgo de hepatotoxicidad, provocando niveles elevados de aminotransferasas, una enzima hepática.
Finalmente, la toxicidad neurológica puede presentarse con somnolencia, confusión, nistagmo, visión borrosa, diplopía, dolor de cabeza y tinnitus. En relación con el sistema sanguíneo, sus daños son posibles debido a su actividad antiplaquetaria. Este efecto suele representar un problema si el paciente tiene un historial de úlceras gastrointestinales, enfermedades que afectan la actividad plaquetaria (hemofilia, trombocitopenia, etc.), y en algunos casos perioperatorios.
Soy un crítico de la industria alimentaria, enfocado en los aditivos tóxicos, la contaminación ambiental, el agua limpia, el uso innecesario de medicamentos, y abogo por la medicina natural para preservar nuestra salud. Por ética profesional, no vendo ni promociono ningún producto específico en relación con mis comentarios; solo proporciono información para que revisen y aprendan.
Una vez dicho esto, les informo las alternativas naturales por su nombre genérico:
· Ácidos grasos Omega-3
· Cúrcuma
· Zinc
· Té verde
· Capsaicina
· Uña de gato
Paso a darles más detalles de cada uno:
Ácidos grasos Omega-3: Se encuentran en abundancia en pescados grasos como el salmón o el atún. Son uno de los suplementos antiinflamatorios más potentes y pueden ayudar a combatir varios tipos de inflamación, incluida la inflamación vascular, un factor de riesgo significativo para enfermedades y ataques cardíacos. Sin embargo, pueden aumentar el riesgo de sangrado, por lo que las personas con trastornos de sangrado y aquellas que toman anticoagulantes no deben usar este suplemento.
Cúrcuma: Es una planta de la familia del jengibre. Múltiples estudios muestran que puede ayudar a reducir la inflamación en muchas condiciones crónicas, incluida la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal y la psoriasis. Sin embargo, también aumenta el riesgo de sangrado en personas que toman anticoagulantes y aquellos con trastornos de sangrado.
Zinc: Algunas investigaciones sugieren que el zinc es un potente antiinflamatorio que puede apoyar el sistema inmunológico y reducir varios marcadores de inflamación. Según un artículo de 2017, el zinc disminuyó la inflamación y el estrés oxidativo entre los adultos mayores. El estrés oxidativo desencadena la inflamación y puede aumentar el riesgo de una serie de condiciones, incluido el cáncer. Varios estudios han sugerido que suplementar con zinc puede reducir las tasas de infección en aproximadamente un 66% entre los participantes mayores.
Té verde: Los médicos han sospechado durante mucho tiempo que el té verde puede combatir la inflamación, porque las personas que viven en regiones que consumen más té verde tienen tasas más bajas de enfermedades relacionadas con la inflamación. La investigación sugiere que el té verde puede inhibir la producción de ciertos químicos inflamatorios.
Capsaicina: Es el ingrediente que le da el picor a los pimientos picantes. La sustancia P es un transmisor del dolor producido por el cuerpo. La capsaicina reduce temporalmente la sustancia P, reduciendo así la capacidad del cuerpo para sentir y transmitir dolor. Generalmente está disponible como crema o parche tópico.
Uña de gato: Proviene de varias plantas de Uncaria. La investigación sugiere que la uña de gato puede reducir diversas formas de inflamación. Aunque la uña de gato es generalmente segura, un informe de caso anterior sugiere que puede causar insuficiencia renal en personas con lupus. También puede causar náuseas.
Además, las vitaminas A, D y E pueden tener propiedades antiinflamatorias potentes.
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El Dr. Lemus es un crítico riguroso de la industria alimentaria, se enfoca en los aditivos tóxicos, la contaminación ambiental, el agua limpia y el uso innecesario de medicamentos, en favor de los métodos terapéuticos naturales. Tiene una amplia experiencia y formación en diversas disciplinas y modalidades de medicina natural, incluyendo la ciencia de los alimentos, la bioquímica nutricional, la homeopatía, la medicina china, la herbolaria, la bioenergética, la acupuntura, la iridología, la salud del colon y la bioquímica individual, con más de 45 años de experiencia clínica. Es el fundador y creador de Lemus Natural Medicine, una modalidad única e individualizada de medicina natural que utiliza datos científicos y de laboratorio.
Si deseas aprender más sobre vida saludable y prevención de enfermedades, contáctame en Lemus Medicina Natural donde la medicina natural es la medicina oficial.
Descargo de responsabilidad: Este artículo es solo para fines informativos y educativos. Algunas declaraciones pueden no haber sido evaluadas por la FDA. Este artículo no está destinado a diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Por favor, consulte a su proveedor de atención médica calificado antes de agregar suplementos o realizar cualquier cambio en su programa dietético. Antes de tomar vitaminas, consulte a su proveedor de atención médica, ya que las condiciones médicas preexistentes o los medicamentos que esté tomando pueden afectar cómo responde su cuerpo a los multivitamínicos.
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